Camino de Santiago 2008


Camino de Santiago en BTT.
21-Julio al 2-Agosto 2008

Prólogo.
A mis manos llegó un libro que me sorprendió, no por la narrativa, el contenido… más que nada porque reflejaba algo que tenia pendiente: escribir mi experiencia en el Camino de Santiago… evidentemente el libro exponía las vivencias del autor, no las mías.
Pero lo hacía de la misma manera que si yo, “un cualquiera”  lo hubiera hecho y plasmado, salvo que yo no tenía intención de publicarlo.

Todo comenzó en 1993. Y aunque por aquel entonces yo tenía unos 15 años no me había enterado, o no me había interesado saber que ese año era un año Jacobeo. Ese año el 25 de Julio (día del patrón de los pastores ¡y de España!) caía en domingo, por lo que se consideraba un año Santo. Por cierto, antes ese día era festivo nacional… Lo dicho, esto se repetiría cada 6 – 5 – 6 y 11 años, pero como he dicho, yo de esto ni idea.
Mis padres tomaron la (afortunada) decisión de llevarnos a Galicia con la caravana como solíamos hacer a finales de verano. Allí me llevé una grata sorpresa al descubrir un ambiente con ¡¿peregrinos?!... mucha gente con sus mochilas, bicis con alforjas… en resumen: ese “rollito” me enganchó. Por lo que me dije  que “algún día”

Esta idea fue madurando con el tiempo en mi interior, no sólo no olvidándola en años sucesivos, sino que se acrecentaba cada vez que pasaban.
Ahora estamos en el 2008, y aunque el año pasado, junto con la asociación de FQ (Fibrosis Quística) de Murcia, hice los últimos kilómetros desde Sarria con la intención de quitarme ese “ansia”… no dio resultado… sólo intensificaron esas ganas. Y como en octubre me iba a casar pues decidí hacer el Camino de Santiago a modo de “despedida de soltero”.
Lo tenía claro. Este año me iba. Las perspectivas iniciales eran de hacerlo sólo, pero finalmente me acompañó mi buen amigo Cristóbal. Comentándoselo un par de semanas antes de mi partida hacia Roncesvalles me responde “si tuviera una bici mejor me iría…” (No tenía trabajo ya que se iniciaba el reventón de la burbuja inmobiliaria”  y le respondí “¡pues te la compras! Inmediatamente después estaba de camino al Mirador para comprarle a Inma (Motos El Mirador) una nueva BTT. Nota: gracias a Inma que me regaló unas pequeñas alforjas para el equipaje.
¡Ah! Se me olvidaba. No esperéis datos sobre localidades, monumentos, etc. Eso lo podéis buscar en mil sitios. Hay mucha información (fácil de buscar) en el mundo para no tener que aburrir con estos detalles.

La salida.
Tras unos días de preparativos y gestiones… ¡y de “cero” entrenamientos”! desde hacía varios meses concertamos un vehículo de alquiler. La noche antes de la salida lo llevamos (un León) a casa, lo cargamos con las bicis y todo el equipaje: alforjas, repuestos, herramientas, ropas…¡Y a descansar!
… Por fin, el día 21 de julio salimos tempranito dirección Alicante, luego Valencia, Zaragoza… hasta que llegamos al aeropuerto de Pamplona. Allí entregamos el coche y la muchacha que nos atendió no se le ocurre otra cosa que decirnos “llevar cuidado, que en bici es muy peligroso… mirad la noticia del periódico…” y nos mostró un accidente que había ocurrido entre coche y ciclistas (con nefasto resultado para los deportistas…) ¡¡Fuera aciagos pensamientos!! Y nos ponemos en marcha dirección  Pamplona. Llegar a la ciudad fue un poco odisea. No queríamos ir por la inevitable carretera, no encontramos una buena señalización y nos despistamos, no estábamos acostumbrados a las alforjas (“0” entrenamiento)…
Tras comer de supermercado, cosa que fue habitual los siguientes días, hicimos algo de turismo mientras buscábamos la estación de autocares.
Nota: está en un subterráneo por lo que pasamos 3 o 4 veces, de ida para allá y de vuelta para acá, sin saberlo… y porque después de varios intentos preguntando a gente (os habéis pasado, a 200m… os habéis pasado, 300m, os habéis pasado, a 150… ¿se estaban quedando con nosotros?... y al hacer esta pregunta nos advirtieron: ¡¡es subterránea!!
¡¡Por fin!! Luego de habernos informado del horario de salida hacia Roncesvalles pasamos el rato recreándonos en el entorno de la Ciudadela que estaba al lado. A su hora partimos junto con otro montón de gente que tenía la misma intención que nosotros, y tras aproximadamente una hora de viaje llegamos a Roncesvalles.
Después de conseguir las acreditaciones y alojamiento, visitamos Roncesvalles, la Colegiata y los alrededores, haciendo fotografías para inmortalizar el momento…y a descansar. Esa noche, junto a los compañeros de “habitación” (eran unos módulos prefabricados con literas) estuvimos compartiendo la expectación e inquietudes que nos habían motivado a hacer el Camino del Apóstol, así como la impaciencia por conocer el futuro que se nos avecinaba.

Fin de IDA. S. Pedro del Pinatar – Roncesvalles
52´61Km parciales. Totales: 52´61Km
Salida (S. Pedro): 5:00h                 Llegada (Pamplona): 14:30h
Salida (Pamplona): 18:15h                       Llegada (Roncesvalles): 19:15h
21/Julio/2008

Día 1: Roncesvalles – Cizur Menor
Este día fue el que más tarde nos levantamos… nos abrigamos, preparamos las monturas y poco a poco fuimos partiendo a nuestro ritmo. En los Pirineos hace frío a las 8:00 de la mañana aunque sea a pleno verano… o al menos ese día a esa hora… más todavía si vadeas un río por donde pasan los pececitos y te empapas totalmente las zapatillas y los calcetines… magnífica idea… Aunque conociéndome seguro que lo volvería hacer… Impresionante la bajada a Pamplona. Toda la ruta, con algunos repechos, fue en esa tónica. Poco asfalto, muchos caminos, pistas y sendas ¡y trialeras!… aprovechamos para hacernos a la conducción con las bicis y las alforjas, ya que cambia totalmente… ¿y he dicho que no habíamos entrenado?
Con nosotros se había animado a venir un compañero (Salvador) que mantenía “yo me voy con vosotros, si os sigo bien… si no, no preocuparse que yo vengo a mi ritmo, tengo para hacerlo en un mes…” De hecho, esta etapa nos la tomamos con mucha calma, aunque evidentemente nosotros no teníamos ese plazo, teníamos más prisa. En 15 días debíamos estar de vuelta. En cuanto al paisaje, pasamos por bellos entornos, que acostumbrados a la “secadez” de Murcia… nos impresionaba bastante.
Alcanzaos Pamplona, recorrimos parques, ¡y calles por donde llevan a los toros en los Sanfermines!... pero aunque nuestro final de etapa estaba según lo previsto aquí, decidimos seguir un poco más… hasta Cizur Menor.
Del albergue recuerdo lo bien que nos sentó la ducha y 1Kg de pasta que nos cenamos porque una Sra. extranjera se había pasado de cantidad cocinando… ¡¡Mil gracias!!  El aspecto negativo fue que tuvimos que dejar las bicis en la calle, a la intemperie atadas a un rodillo que pesaría unas 20Tm por lo menos…

Fin de etapa 1. Roncesvalles – Cizur Menor
52´61Km parciales. Totales: 52´61Km
Salida: 7:30h             Llegada: 17:00h
Pedaleando: 6h 45´
22/Julio/2008

 Día 2: Cizur Menor – Los Arcos
Hoy aprendimos una cosa… los que hacen el camino andando se levantan mucho más temprano… A las 6:00h (o antes) se sentía el alboroto de los preparativos de los peregrinos A mi no me molestaban, pero a Cristóbal le despertaba el mínimo ruido… El caso es que a las 7:00h estábamos casi preparados. Abrigo, algo para el estómago (mientras preparábamos las bicis) para no ir en ayunas ¡y en marcha! Esa era nuestra rutina mañanera.
Al poco encontramos nuestro primer “obstáculo” orográfico: el Monte del Perdón… ¡toca empujar las bicis! ¿? Lo teníamos claro, la carretera para el que la quiera. Nosotros haríamos el camino por tierra (en medida de lo posible) y aquí encontramos una senda estrecha y empinada. Una vez superada nuestra primera cima comenzamos una larga ¡rápida!... y accidentada bajada… Asta aquí llegaron (íntegras) las pequeñas alforjas… tuvimos que hacer varias paradas para fijarlas en la bici de forma más o menos segura, lo que nos demoró mucho, rompiéndonos los esquemas que teníamos previstas para las etapas.
Nota: habíamos previsto dos días de viaje (uno de ida y otro de vuelta) 11 etapas (como estaban reflejadas en el libro del Capitán Pedales) y un día de comodín (por si teníamos retrasos por inclemencias meteorológicas, averías, sobrecargas y cansancio… etc.)
Total… que entre las paradas de las alforjas, las de las tiendas de bicis para encontrar unas nuevas, las fotos en las localidades de paso, sellar credenciales, ¡la fuente de vino de Irache!...al final tuvimos que parar en Los Arcos. Se estaba haciendo tarde y habíamos estirado todo lo posible la jornada…
El albergue que encontramos fue privado… ¡y justo a tiempo! Ya que fue guardar las bicis, entrar y ponerse a diluviar… fue sólo un chaparrón pero nos libramos por los pelos. Muy coqueto, pequeño, con muchos extranjeros jóvenes donde nos cenamos un plato de pasta de colores con atún, tomate y aceitunas rellenas… lo que hace el hambre.
Recuerdo que allí Cristóbal intentó tapara la luz de emergencia el la habitación porque le molestaba para dormir, y le comenté ¡buena idea! A mi también me… (Zzzzzzz, Zzzzzzz) no recuerdo haber visto que la tapara finalmente….

Fin de etapa 2. Cizur Menor – Los Arcos
66´73Km parciales. Totales: 119´3Km
Salida: 6:30h             Llegada: 20:00h
Pedaleando: 11h 00´
23/Julio/2008


Día 3: Los Arcos – Sto. Domingo de la Calzada
Esta mañana nos levantamos y tras varias sacudidas despertamos a nuestro nuevo amigo (era epiléptico y se tomaba unas pastillas que le dejaban K.O.) para continuar con el camino.
Preparamos las bicis, amarramos bien las alforjas y de nuevo a pedalear.

Pronto salimos de  Navarra y entramos en La Rioja. En Logroño encontramos una tienda abierta y preguntamos por unas alforjas y, o me vieron cara de muy desesperado, o de que se me caían los billetes de los bolsillos del culote… y como el culote no tiene bolsillos supongo que será lo primero.  Por lo que no estuve dispuesto a pagar el precio que me pedían. Seguimos con el rudimentario pero efectivo “atarbienlasalforjasobrelaparrilla”.
Pasamos por el Ebro, la catedral, y recuerdo recordar… años antes tuve la ocasión de venir a esta ciudad de viaje con motivo de las fiestas de S. Mateo… ¡gracias por la invitación Pili! ¡Viva S. Mateo!... ¡qué fiestas! El zurracapote, el pringue de inicio de las fiestas, las comilonas ¡y los pinxos de la C/ Laurel!…. ¡qué tiempos!

Aprovechamos para almorzar, comprando en supermercado y descansando en un parque donde antes había una locomotora… Ahora había columpios y demás. Por supuesto sacamos nuestro “Yo niño”.

Después continuamos. Ese día prometía calor. Pasamos por un bonito paraje, la Laguna de Grajera. Había mucho ambiente, gente haciendo deporte, pescando, en familia…
Por cierto, en Logroño fue donde vimos por última vez a nuestro compañero. En la noche anterior puso de manifiesto que no podía seguir nuestro ritmo… El 1er día porque era todo bajada e íbamos frenados, el 2º por tanta parada… pero hoy… no puede. De hecho llegó a Logroño más tarde que nosotros. Así que le perdimos en la siguiente cuesta que encontramos en el camino, que casualmente fue larga y empinada… No le vimos más, pero le habíamos deseado Buen camino.

Continuamos por el camino pasando por Navarrete, Nájera y llegamos a Sto. Domingo de la Calzada. Nos hospedamos en un monasterio (era el albergue) junto con un millón de personas, pero tuvimos la suerte de que nos alojaron en la buhardilla y esa parte no estaba masificada. Nos aseamos y fuimos a dar una vuelta.
Encontramos una tienda de bicis y compré unas alforjas a buen precio (casualmente eran como las de Cristóbal) compramos fruta fresca e hicimos tiempo en el albergue.

Estuve ordenando el equipaje en las nuevas alforjas y después nos fuimos a cenar ¡de restaurante!. Eso sí, menú del peregrino que salía a una media de 7€ u 8€. Esa noche tocó ensalada de pasta y churrasco con patatas fritas… ¡además del postre! Algo “ligerito” para ir a la cama…

Fin de etapa 3. Los Arcos – Sto. Domingo de la Calzada
84´65Km parciales. Totales: 203´9Km
Salida: 6:30h             Llegada: 20:00h
Pedaleando: 8h 30´
24/Julio/2008


Día 4: Sto. Domingo de la Calzada – Burgos
Esta mañana prometía ser interesante… por fin llegaríamos a tierras de Castilla. Tenía ganas de llegar a Burgos… Y así fue: interesante. Tras pasar Grañón llegamos a Redencilla del Camino (primer pueblo burgalés por esta ruta) luego Belorado, Espinosa del Camino…y… ¡Los Montes de Oca!... ya los veníamos venir, ya…
Los ciclistas que nos hemos cruzado en el camino optaban finalmente por la carretera, pero nosotros, fieles a nuestra idea… ¡a empujar la bici por esas sendas! Alcanzamos y visitamos S. Juan de Ortega. Por estos montes sufrimos, creo que fue el primero, un pinchazo.

Nota: Realmente no tuvimos averías mecánicas durante los casi 800Km que realizamos finalmente. Saldamos cuentas con 4 pinchazos (2 para Cristóbal y 2 para mi) mis primeras alforjas reventadas, y la parrilla de Cristóbal  con una soldadura (o rosca, no lo recuerdo bien). Balance: No está mal. Podía haber sido mucho, pero que mucho peor.

A partir de aquí, todo indicaba, según nuestra guía, que el resto del camino sería cuesta abajo hasta Burgos… Pero confirmamos nuestra teoría de que el autor de la misma había hecho el recorrido con los colegas en una furgoneta…

Nota: con esta “broma” nos pasamos prácticamente todo el recorrido… después de hacer unos cuantos kilómetros se bajaría de la “furgo” y le preguntaría a los primeros peregrinos ¿qué tal…? Luego unas foticos encima de la bici y ¡ale! para dentro de la “furgo” otra vez… En serio, éramos conscientes de que es complicado reflejar fielmente el perfil de la ruta… pero hay algunos “repechos” que se les pasó totalmente… el que más se nos “pegó a los gemelos” os lo cuento ahora.

Después de hacernos una foto con nuestro “primo” en Atapuerca comenzamos, al salir de la villa, una subidilla que se fue complicando hasta que llegamos a un crucero. Revisando el perfil de la etapa nos dimos cuenta de que ¡¡no estaba!! Y consideramos que esa subida hubiera sido meritoria de un pequeño “pico” en la línea de bajada…
Continuamos después de unos instantes nuestro recorrido que nos acercaba hacia Burgos. Llegar a la capital nos supuso una pequeña decepción debida al afeamiento que sufría la entrada del Camino de Santiago que discurría por polígonos industriales, obras (de autovía, aeropuerto, tren… o lo que sea) y no nos parecía estar acomodado para el tránsito de peregrinos.

Llegamos a los pies de la Catedral y buscamos alojamiento. Nos indicaron que en el parque en dirección al Convento de las Huelgas lo había. Allí encontramos unas casetas de madera con literas, con sitio para las bicis y en un tranquilo paraje. Nos aseamos, y nos dispusimos a acercarnos de nuevo al centro. Compramos fruta como era habitual, barritas energéticas, polvos isotónicos… y por supuesto fuimos a visitar la catedral, la estatua ecuestre del Cid, el paseo del espolón, etc.

Nota: aquí estuve con mi familia, que se acercó desde Carazo para comprobar que tal estábamos. Además nos trajeron par de morcillas de arroz típicas de la zona. De ellas dimos bien cuenta durante los siguientes kilómetros.

De regreso al “camping” estaban de fiesta,… bailes regionales, comida, bebida… menos mal que llegamos a tiempo y todavía quedaban cosillas por lo que nos ahorramos la cena…


Fin de etapa 4. Sto. Domingo de la Calzada – Burgos
81´28Km parciales. Totales: 285´2Km
Pedaleando: 7h 20´
25/Julio/2008


Día 5: Burgos – Carrión de Los Condes
Por la mañana, tras nuestra rutina previa, salimos del parque y por el recorrido enseguida encontramos y paramos a echarle un vistacito al monasterio de  Las Huelgas. Continuamos por pequeñas localidades y poco a poco fue cambiando el paisaje, volviéndose más plano, mostrándose la meseta castellana en su esplendor.
Personalmente el tramo entre Burgos y León, es decir, lo que discurre por Palencia.
Fue el más monótono… plano y extensa. ¡pero no por ello exento de encantos! Vimos las impresionantes ruinas del Convento de S. Antón, Castrojeriz el Alto de Mostelares, el puente sobre el Pisuerga (frontera entre las comunidades de Burgos y Palencia) luego el Canal de Castilla, Boadilla del Camino, Frómista, Carrión de los Condes… aquí decidimos finalizar la jornada.

Fuimos, como de costumbre, a hacer un poco de turismo. Por la localidad. Ese día hacía calor, y cuando pasamos por un paraje arbolado por el que discurría el Río vimos mucha gente bañándose y me dio un poco de  envidia.
Nos hospedamos en un una especie de monasterio… en el que poco después colgaron el cartel de FULL. Se estaba tranquilo. Invitaba a la paz y el descanso… pero primero tuvimo que reparar la parrilla portaequipajes de Cristóbal.

Realmente no recuerdo que fui a buscar por el pueblo, pero cogí la bici sin alforjas ¡y no sabía conducirla!

Fin de etapa 5. Burgos – Carrión de los Condes
87´44Km parciales. Totales: 372´7Km
Salida: 7:20h             Llegada: 16:30h
Pedaleando: 6h 50´
26/Julio/2008




Día 6: Carrión de Los Condes – Mansilla de las Mulas
Otro día más. Ya hacía una semana que salimos de casa… pero todavía nos quedaban otros pocos para alcanzar nuestro objetivo.
Salimos casi de noche… como de costumbre… pero quisiéramos o no, los peregrinos que hacen el camino a pie tienen que madrugar si quieren recorrer la mayor distancia posible antes de que el astro Rey (Lorenzo para los amigos) apriete con ganas. Por lo que la mayoría salen con Catalina… y por tanto deben madrugar más que nosotros. Pero ese trajín dentro de una habitación, normalmente saturada, hace que casi todos se despierten juntos… ya que me han despertado… y con el ruido no puedo dormir… ¡¡pues en marcha!!

No se si fue esta mañana o alguna anterior, salimos tan de noche que no se veían las señales… por perrería nuestra no sacamos las linternas de las alforjas, ya que sólo había que aguantar un poquillo a oscuras hasta que despuntara el alba… El caso es que siguiéndonos los unos a los otros, como ovejas, se equivocó uno de los que iba primero y todos tuvimos que dar la vuelta para buscar el camino correcto.

El caso es que de localidad en localidad fuimos recorriendo el camino hasta llegar a la provincia de León. Llegamos a Calzada del Coto y continuamos hasta Calzadilla de los Hermanos. Aquí ya era tarde, pero en alguna bifurcación que nos habíamos pasado elegimos la que nos llevaría más adelante por la calzada romana… Por este tramo del camino nos desesperamos un poco, sobretodo por los continuos baches…

Pero encontramos un charco lleno de agua y barro en mitad del camino con el que nos entretuvimos un rato jugueteando con nuestras monturas. Otra cosa que nos impresionó fue casi ver un tren… lo digo porque había que cruzar una vía y la que medio en coña decíamos que cuidado con el tren… era un páramo plano desde donde se veía perderse el camino metálico en el horizonte en ambos sentidos… ¡¡y de la nada pasó un tren por nuestras narices!! Menos mal que ni nos habíamos acercado todavía a la rampa que daba paso al cruce a nivel. ¡Menudo susto! Os aseguro, que cuando llegamos al cruce con la vía miramos como unas ochenta veces antes de cruzar… y fue rapidísimo, levantando el peso de las bicis y las alforjas en el aire para que no se nos atascaran en medio de las vías.

Llegamos por fin a Mansilla de las Mulas y encontramos un albergue donde ir a sellar las credenciales, pero al mismo tiempo también encontramos un folleto sobre las ¡¡fiestas medievales!! Por lo que además de sellar las credenciales decidimos quedarnos en esta localidad. El alemán que regentaba el albergue observó al sellar que habíamos pasado por “el rompe culos…” que se compadecía de nuestras posaderas… ¡que razón tenía el hombre! A pesar de haber llevado una bici con suspensión (y Cristóbal doble culote) ya no sabíamos como sentarnos sobre nuestro sillín.


Lo dicho, después de instalarnos, asearnos y ponernos ropa limpia, nos fuimos a disfrutar de las fiestas de la villa… La recreación era impresionante, y la implicación de su habitantes también. La mayoría iba vestida con ropajes de la época. Había puestos de comida, juegos, disfraces, cetreros… ¡¡y un torneo de juegos y justas!! Con sus caballos, lanzas y luchas a espada… ¡tengo que volver!
Tras pasar la tarde no retiramos a descansar y ¡que suerte! La calle donde se encontraba el albergue era la calle “de la fiesta” donde iban a tomarse las copas… con música, ruido… y nuestra ventana daba a pie de la calle… menos mal que el sueño lo puede todo.

Fin de etapa 6. Carrión de los Condes – Mansilla de las Mulas
81´45Km parciales. Totales: 454´1Km
Salida: 6:30h             Llegada: 14:30h
Pedaleando: 7h 00´
27/Julio/2008

Día 7: Mansilla de las Mulas – Sta. Catalina de Somoza
Ahora ya llevábamos una semana pedaleando… y los que nos quedaba, pero cada vez menos.
Partimos dirección León, y cuando llegamos la ciudad todavía no había despertado. Era muy temprano y todos los sitios emblemáticos estaban cerrados, por lo que nos deleitamos con las vistas exteriores de la Catedral, unas fotos de rigor y continuamos nuestro recorrido a través de la capital leonesa.

Por error tomamos un camino que discurría junto y por una carretera con mucho volumen de tráfico. Cuando nos dimos cuenta de que no habíamos tomado el desvío pora los peregrinos ya habíamos recorrido bastantes kilómetros, estábamos casi en Villadangos del Páramo y no estábamos por volver. Por lo que decidimos almorzar, reponer fuerzas y ánimos y luego continuar.

En Hospital de Órbigo había otra bifurcación, aquí si estuvimos atentos y elegimos el camino, como las cabricas, aunque se daba un poco más de rodeo.
Alcanzamos la ciudad de Astorga, donde más que los monumentos (que los hay y muchos: las murallas, el palacio Gaudí, la Catedral…) recuerdo el pollo asado con patatas fritas que nos comimos entre los dos, en una plaza, al solecico… que bien nos sentó.

Que si, que no tenemos vergüenza… que lo suyo hubiera sido probar un cocido maragato… pero vimos el cartel de “pollo asado entero”… y se nos hizo la boca agua. Si vuelvo, que espero hacerlo de nuevo, probaré el cocido de la comarca en la que estábamos: la Maragatería.

Tras la pitanza nos fuimos a hacer una visita por los lugares más emblemáticos (a esa hora estaban todos cerrados)  pero finalmente acabamos haciendo la digestión bajo la sombra de las murallas… ¡¡menuda siesta!!
Aquí también se estaban preparando para las fiestas… ¿Astures y Romanos?... Supusimos que sería algo similar a los Cartagineses y Romanos de nuestra vecina Cartagena.
Estaban preparando los decorados, los chiringuitos, recreaciones de pallozas, etc.

A pesar de que la guía que llevábamos nos proponía acabar la jornada de hoy en esta ciudad decidimos continuar un poco más. No habíamos acumulado muchos kilómetros, y entre la comida y la siesta teníamos las reservas y fuerzas a tope... ¡A pedalear se ha dicho!
Seguimos nuestro camino por la Maragatería y finalmente llegamos a Sta. Catalina de Somoza.


En este pequeño pueblo nos alojamos en un albergue muy cómodo. Éramos pocos en la habitación y por tanto también los aseos se tenían que compartir entre pocos…
Pudimos relajarnos y descansar muy cómodamente. Se estaba tranquilo.   

Aquí, a la entrada del pueblo estuvimos hablando con un hombre que daba a los peregrinos unas varas a modo de bordones… lástima que fuéramos en BTT.
En este albergue privado había un “juego de la rana”… que evocó en mi recuerdos de cuando de crío jugaba a esto en Carazo. Es el tipo juego de la rana en la que hay que colar algo en su boca. Lo complicado era que esta rana tenía la boca casi cerrada (actualmente, en este juego para niños, ponen la boca muy abierta) y esa especie de monedas entraba casi justa.. Pero nos picamos y pasamos la tarde casi sin darnos cuenta lanzándo el disco metálico.

Fin de etapa 7. Mansilla de las Mulas – Sta. Catalina de Somoza
85´10Km parciales. Totales: 539´3Km
Salida: 6:30h             Llegada: 19:00h
Pedaleando: 9h 00´
28/Julio/2008


Tengo que contar una anécdota… no recuerdo bien en que etapa fue, si en alguna anterior, pero estoy casi seguro de que ocurrió en la que estábamos a punto de emprender…
En un tramo del camino, bajo un intenso calor, recorriendo un encinar (creo) cansado, con un terreno que cambiaba de arenoso a pedregoso y arenoso otra vez, subiendo y bajando cuestas (predominando lo primero)  y con las fuerzas algo mermadas… me sorprendió una conversación en mi cabeza… Era como si yo fuera el observador de mi inconciencia manteniendo una charla con Alguien… pillé dicha conversación cuando alguien decía: ¡párate ya! ¿no ves que no lo vas a conseguir?¿qué haces tú aquí? A lo que mi Inconciencia replicaba que no, que no lo iba a dejar aquí, que faltaba poco. La conversación seguía mientras, yo (consciente) lo observaba como si de ver a dos personas discutir se tratara, y era algo parecido a lo que narro:
-          Alguien: vas cansado, con la rueda floja, y te faltan fuerzas…
-          Inconciencia: ¡no voy a parar! Voy a llegar
-          ¡Párate, descansa y retírate…!
-          ¿pero tu quien eres?¿cómo te llamas?
-          Insisto ¡párate!
-          ¡Lo voy a conseguir! Creo que sé quien eres ¿cómo te llamas?
-          ¡Párate!¡No puedes más!
-          ¡He dicho que no!¡Voy a llegar!
Así, resumido, trascurrió la discusión en mi cabeza y “desperté” cuando en una curva casi me salí del camino. Menos mal que era subida e iba muy despacio. Al percatarse Cristóbal, que estaba un poco más adelante, de lo sucedido,  miró para atrás y me preguntó extrañado que me había pasado para salirme de la trazada en una subida…¿?¿? Opté por contarle lo que me había pasado por la mente y a él también le dio un poco de miedo… pero al final acabamos riéndonos los dos del extraño suceso… y mantenía: ¿y tu te querías venir sólo?...¡menos mal que me he venido contigo!...
El caso es que desde que acabé la discusión “sin rendirme” me sentía como si me hubiera quitado un peso de encima y durante el transcurso de la jornada fue todo el camino más llevadero…

Día 8: Sta. Catalina de Somoza – Villafranca del Bierzo
Nos preparamos, cogimos nuestras monturas y aún todavía de noche nos pusimos en marcha. Pero al poco tiempo de salir de la localidad tuvimos que parar porque ese día, a esa hora, en esa parte del mundo hacía frío y no conseguíamos entrar en calor por mucho que pedaleábamos. Normalmente salíamos con equitación de verano, con un cortavientos para quitarnos el “fresco mañanero”, pero este día tuvimos que abrigarnos… Nos pusimos de largo y continuábamos nuestro camino.
L
legamos a Rabanal del Camino y subiendo poco a poco, por caminos como siempre que teníamos elección, hasta que culminamos nuestra ascensión hasta llegar a Foncebadó… me encantó el entorno del pueblo… y más adelante la emblemática Cruz de Hierro. Aquí dice la tradición que debemos de dejar la piedra que recogimos al principio del camino, que a modo simbólico representa nuestros pecados… o algo así…
Bajo esta cruz había una pila de piedras, pero casi más que estas había montones de basura de todo tipo: papeles, bolsas, calcetines, calzoncillos, zapatillas reventadas… se ve que la gente que no sabía lo de la piedra dejaba allí cualquier porquería que les sobrara… ¡¡Cerdos!! No aguanto este tipo de comportamientos… espero que en su casa tengan el mismo y tengan que ir escalando montañas de basura para ir del aseo a la cocina… ¡¡Cochinos!!

También allí había una pequeña ermita y un curioso reloj analemático.
Allí, a pesar de que nos habían advertido, la gente que nos vio dispuestos a bajar desde este alto por el camino nos tachó de locos, ni se os ocurra… ¿? ¡¡TARDE!! Nos vimos atrapados por la le de la gravedad, cuesta abajo… y por su puesto ¡¡no queremos la carretera!!... además que no subiendo por el camino fácil, mucho menos lo vamos a tomar en la bajada. Realmente ésta se tornó en una técnica y divertida trialera…

No le dio tiempo a Cristóbal a ponerse primero como solía hacer en las bajadas para cumplir con la promesa que le hizo a mi abuela en Burgos cuando le dijo: tu delante para que mi nieto baje con conocimiento…

Llegamos a Molinaseca, y allí, descubrimos un bonito paraje…  río, sombra, hierba… era el sitio y la hora ideal para hacer un alto a reponer fuerzas descansando y alimentándonos como nos merecíamos. No llevábamos nada, y tocaba hacer algo de compra. Tuvimos la suerte de topar con la tienda de Elías…

Aunque las cenas las hacíamos en el albergue o de restaurante, los almuerzos, comidas y meriendas las hacíamos de lo que comprábamos en las tiendas de pueblo… pan, embutidos, fruta…
Por lo que compramos un pan de cereales, embutidos típicos, zumos… y nos fuimos a relajarnos mientras tomábamos el fresco tirados en el suelo… ¡qué a gusto que se estaba!
Tras llenar el estómago continuamos hacia Ponferrada. Tenía ganas de llegar ya que tenía el recuerdo de cuando estuve anteriormente en el castillo.
Efectivamente allí estaba. Tuvimos la suerte de que a medio día estaba abierto y pudimos entrar a visitarlo. Mientras, la amable taquillera, nos vigilaba las bicis con todo el equipaje…

Después de la visita visitamos la ciudad fugazmente. Era medio día y en verano no es recomendable hacer deporte a esas horas (sabio consejo) por lo que nos retiramos a un parquecito a reposar… Cristóbal tenía sueño y yo mientras revisaba el recorrido que nos quedaba hasta Santiago.
¡Menuda siesta!... sin querer, yo también caí… es lo que tiene acostarse en un día de calor a la sombra en el césped de un parque…
Entre tanto descanso habíamos recargado “las pilas” y teníamos ganas de seguir un ratillo.
Ese ratillo se alargó hasta Villafranca del Bierzo. Casi todo el camino era de bajada por lo que sumábamos kilómetros con más facilidad, pasando por Camponayara, Cacabelos… ahora empezó de nuevo la cosa a ponerse cuesta arriba un poco, para acabar con una bajada hasta la misma puerta del albergue municipal de Villaranca.
Estaba lleno hasta los topes, y nos indicaron que más adelante, casi saliendo de la localidad se había habilitado un centro parar alojar más peregrinos.

Este edificio pertenecía a la Consejería de Agricultura y Ganadería… ahí lo dejo. No dejarse impresionar por nombre, no eran oficinas ni tampoco establos… un edificio con muchas habitaciones, un patio central (a modo de claustro de monasterio) que habían habilitado con colchones en el suelo… Lo malo: que los colchones (de esponja) estaban mugrientos. Lo bueno: por fin usamos las esterillas que transportábamos durante todo el recorrido, nos salió gratis, muchísimas duchas para no demasiada gente, tranquilo, llevado por unas alberguistas muy majas…

Como pasar la noche nos iba a salir gratis nos fuimos a cenar dándonos un homenaje a un restaurante de la plaza… de primero pasta, de segundo chuletón sajonia (creo que se llamaba así) y de postre queso fresco con miel… Me puse, como dice mi abuela “como choto de dos madres”
Tras la cena, prepara las bicis y a descansar que la siguiente mañana nos esperaba un día duro…

Fin de etapa 8. Sta. Catalina de Somoza – Villafranca del Bierzo
73´31Km parciales. Totales: 612´6Km
Pedaleando: 9h 3´
29/Julio/2008

Día 9: Villafranca del Bierzo - Sarria
Salimos temprano, como siempre y casi nada más empezar empezamos a subir a subir hacia O Cebreiro… Realmente fue suave los primeros 20 Km. Pero cuando llegamos a Ruitelán, Las Herrerías, Hospital… la cosa se fue complicando…
En el Albergue nos habían asustado un poco hablándonos de la subida de la Faba… y se cumplió la promesa de que sería un obstáculo que recordaremos… era dura, sobre todo ignorando las señales que desviaban a los ciclistas por la carretera. Nosotros tuvimos que echar el pié a tierra y empujar la bici en algunos tramos.
Por el camino, mientras empujábamos por un tramo muy pedregoso, nos adelantó una viejecita en alpargatas que nos preguntó sorprendida si no habíamos visto las señales del desvío. Le respondimos que sí, sí las habíamos visto. Que si estábamos locos (tampoco era para tanto) replicó ella. Seguro que por aquí es mucho más bonito el camino señora… y asintió.
Poco antes de llegar a O Cebreiro hicimos unas fotos junto a un mojón que mostraba la primera concha gallega que nos encontramos en el camino por esta ruta. Ya estábamos en Galicia.
Entrando en esta población vimos bajar a un chaval que nos había adelantado anteriormente, andando, con un tronco en la mano (a modo de bordón) que iba de nuevo a buscar a sus compañeros (la viejecita era una de ellos que los volvimos a adelantar en cuanto nos pudimos subir de nuevo a la bici) a por las mochilas porque él sólo en el pueblo se aburría…¡menuda mula! Mientras estuvimos parados visitando la localidad lo volvimos a ver subir cargado de mochilas… y sus compañeros tan ricamente.
Estuvimos visitando y comprando algo de fruta y nos pusimos en marcha… ¡¡Sorpresa!! Tras una pequeña bajada nos dimos cuenta que no habíamos subido todo lo que teníamos que haber subido… Nos que daba el Alto do Poio (Alto del Pollo) a 1335m. O Cebreiro estaba a unos 1320. También pasamos por el Alto de S. Roque donde había un peregrino gigante (estatua) y nos hicimos unas fotos con él.
Lo bueno de tanta subida es que después vienen las bajadas, y así pasando por varias aldeas y poblaciones llegamos hasta Sarria.

Fin de etapa 9. Villafranca del Bierzo - Sarria
69´68Km parciales. Totales: 682´2Km
Pedaleando: 8h 45´
30/Julio/2008

Día 10: Sarria – Melide
Desde que entramos en Galicia notamos una mayor afluencia de peregrinos ¡y de vacas! y de Sarria en adelante mucho más.
Siempre fuimos respetuosos aguantando hasta que los peregrinos nos hacían un hueco para pasar…

Desde esta localidad es de donde tienes que salir en el Camino Francés para que te den la Compostela. Hay algo más de 110Km.
Saliendo de Sarria es cuesta arriba, pero luego hay una fuerte bajada hasta Portomarín.
Saliendo de la localidad también había una fuerte, esta vez,  subida…

Este último tramo desde Sarria me hacía recordar cuando hice el Camino de Santiago con la FQ el año anterior.
Después de esta subida, unos cuántos kilómetros más adelante decidimos hacer una parada para almorzar. Lo hicimos cerca de un restaurante, en la puerta tomando el poco Sol que pillábamos. Coincidimos con unos peregrinos que, al igual que nosotros lo hacían en bici por el camino de tierra (mmm…. No se lo creían ni ellos) como lo hacen los que van andando… ¿acaso alguien iba colocando los charcos y el barro para Cristóbal y yo y después los retiraban para los demás? Las bicis impolutas… ni una mota de polvo… ni en la bici (que la podrían haber lavado al final de cada etapa)  ¡ni en las alforjas!... recuerdo que las mías, en cuanto las dejabas caer en el suelo se rodeaban de una nube polvorienta… De estos ¿fanfarrones? Topamos con varios a lo largo de todo el camino… allá cada uno con su conciencia…

Además este día, sin saberlo, nos deparaba una sorpresita… ¡¡Lluvia!! La esperábamos (estamos en Galicia, que llueve más que en Murcia) y estuvimos amenazados bajo un cielo plomizo todo el día.
Visto desde el lado positivo, fue una suerte no haber pillado ningún día más agua en el camino, y llevábamos unos 700Km. Realmente no pillamos tanta agua ya que cuando, cerca de medio día, llegando a Ligonde, después de estar un rato bajo un calabobos, nos paramos en la puerta de un albergue y entonces si rompió a llover… Nos salvamos del chaparrón de chiripa.
Entre el descanso y la comida por fin escampó y pudimos continuar… más animados ya que era cuesta abajo todo el camino prácticamente… ¡¡y con montones de charcos!!
Así, pasando por varias localidades llegamos hasta Melide.
Una vez en la ciudad buscamos el albergue pero nos dijeron que teníamos que esperar hasta no se que hora porque sólo le quedaban un para de plazas y los “andantes” tenían preferencia sobre los “pedaleantes”… y también la tenían sobre nosotros los “caballantes”…

Esto nos pareció un poco injusto, ya que habíamos hecho el camino, como todos. Llevábamos casi 70Km, Hay muchos que por costumbre paraban de andar a las 14:00h para buscar albergue, aunque sólo hubieran andado 10Km. También observamos una pareja que iba en coche, se bajaba y llegaba andando al albergue… estos tuvieron plaza… como he dicho antes: allá cada uno con su conciencia…
De todas formas, nos facilitaron el número de teléfono de la policía local que nos habilitaría un espacio para el resto de peregrinos que llegaban después de haberse llenado el albergue.
Era un pabellón de un colegio. Esa tarde “casi” nos duchamos… no había agua caliente, y el pabellón era frío, por lo que nos lavamos como los gatos: a trocitos…
Como el alojamiento nos salió gratis s fuimos a darnos un homenaje a la famosa pulpería para cenar…

Estábamos solos prácticamente… en contraste de cómo lo recordaba del año anterior, cuando pasamos en plena hora del almuerzo y todas las grandes mesas estaban completamente llenas, de bote en bote. Por lo que estuvimos tranquilos, degustando el pulpo con caxelos, y otros productos típicos regado con ribeiro de la casa…

Después regresamos de nuevo al pabellón, un poco más doblados y no por el sueño ni por el cansancio…
Allí encontramos a una pareja de novios que estaba haciendo el camino en su Luna de Miel desde media Francia, aunque eran de cerca de Rusia… y todavía querían llegar a Portugal…

Fin de etapa 10. Sarria - Melide
66´88Km parciales. Totales: 749´1Km
Salida: 7:00h             Llegada: 16:00h
Pedaleando: 7h 00´
31/Julio/2008

Día 11: Melide – Santiago de Compostela
Hoy se olía Santiago… quedaban poco más de 50Km… y había ganas de terminar esta aventura y volver con los nuestros… Por el camino hicimos unas gestiones, confirmamos el vehículo de alquiler, solicitamos audiencia con la hermana Miriam (mi prima) en Ávila…
De este día recuerdo básicamente que se nos pasó rápido, a pesar de tener que subir el Monte do Gozo.
Pedaleábamos a buen ritmo, sin muchas ganas de parar, con varios “subibajas” pasamos por muchas aldeas, pueblos, localidades más importantes… hasta enfrentarnos a las dos últimas subidas, la primera antes de llegar A Lavacolla (paisaje en obras por las ampliaciones del aeropuerto) y por último, poco a poco en una no muy pronunciada pero constante subida llegamos a la cumbre antes de Monte do Gozo, luego un poco de bajada y rematamos con una breve subida para llegar junto al monumento desde donde se veía por primera vez la ciudad de Santiago de Compostela.
Tras las fotos de rigor comenzamos una rápida bajada hasta el casco urbano.
Siguiendo las conchas indicativas llegamos finalmente hasta la Plaza do Obradoiro… a los pies de la Catedral…
Una vez allí nos felicitamos y nos hicimos unas fotos para inmortalizar la llegada. Me dio un poco de envidia el ver a otros peregrinos a los que les esperaban sus mujeres, hijos y familiares…

¡¡Por fin!! Objetivo felizmente cumplido
Fin de etapa 11. Melide – Santiago de Compostela
60´17Km parciales. Totales: 809´3Km
Pedaleando: 5h 50´
1/Agosto/2008


Después, fuimos a por la merecida Compostela. Y tras una larga cola de espera (en la que compartimos risas con los de alrededor) a lo largo de todas las escaleras que subían hasta la oficina llegamos al mostrador y nos pusieron el último sello en las credenciales.
Bajamos y nos fuimos a visitar la catedral, y aunque no soy muy creyente también a  darle el abrazo al Santo y pedir y dar las gracias por aquellos que me habían dado el recado… Aunque supongo que lo suyo hubiera sido que fueran ellos mismos en persona… pero en fin, como no pesaban a mi no me costó darle esos encargos y agradecimientos.



Ya sólo nos quedaba comer e ir planteándonos la “retirada”… Nos dimos nuestra última (de momento) comilona a base de “menú del peregrino”, compramos algunos recuerdos y luego fuimos a la estación de autobuses. Allí me cambié, me puse de paisano, y cogí un autocar hasta el aeropuerto. Retiré el vehiculo que habíamos alquilado (un Golf nuevecito) y regresé a Santiago por Cristóbal. Después de cargar nuestro coche emprendimos el regreso a casa…

Por el camino paramos a cenar y compramos unas pizzas para llevar, hacía tiempo que no comíamos pizzas. Luego nos echamos un sueñecito en el coche en área de descanso. Queríamos llegar a Ávila cuanto antes.
Por fin llegamos a Ávila y nos dio tiempo a dar otra cabezada antes de que amaneciera. Poco más de las 7:00h ya estábamos visitado la ciudad al amanecer. La verdad que estuvo muy bien pasear por el interior (y exterior) de sus murallas mientras amanecía… el “contra” fue que TODO estaba cerrado.
A las 9:00h nos “colamos” en el Convento de la Santa, donde están en clausura las Carmelitas Descalzas, para ver a mi prima Miriam, que por sorpresa, también era amiga de Cristóbal. Y después de charlar con elle un ratico continuamos nuestro viaje.

Hicimos un par de paradas más  antes de llegar a casa. La primera a comer en un mesón de carretera… un pedazo de bocadillo… ¡impresionante! Comimos muy bien. Y la segunda para visitar el castillo de Garcimuñoz.

Por fin, después de unos cuantos de muchos kilómetros más llegamos a S. Pedro del Pinatar… ya estábamos en casa…
Descargamos el coche, saludamos a nuestros familiares y devolvimos el coche en el aeropuerto… y dimos por concluido nuestra aventura…



El final del Camino (de momento)
En el momento de escribir esto, he estado haciendo esfuerzos para recordar nuestro periplo… y a pesar de tener mala memoria ha sido relativamente fácil escribir estas líneas… Con algunos datos como las horas de salida, el tiempo, kilómetros de etapa soy capaz de escribirlos porque los tenía apuntados.
Resumiendo, esta es una experiencia, un viaje que creo que le sentaría bien a casi todo el mundo… hay veces que se sufre, que piensas ¿qué hago yo aquí?... pero los momentos vivido con tu compañeros de viaje, los que te llevas y los que te vas encontrando, son cosas que nadie te va a quitar. Siempre se aprende algo.
Lo mejor para mi… quitarme esa espinita que tenía clavada dese hacía muchos años…

Muchas gracias a mi amigo Cristóbal, ya que aunque en un principio tenía intención de hacer el recorrido sólo, reconozco que el llevar un compañero es…¿vital?... por lo menos: un gran alivio… puedes turnarte para entrar hacer visitar mientras está pendiente el otro de las cosas, ayuda en momentos difíciles y de flaqueza, averías, y alguien con quién charlar y echarte unas risas por el camino…

También gracias a mis padres por hacer que se cruzara mi camino con el de los primeros peregrinos que encontré en Santiago en el 93.

Y claro está, gracias a mi muchacha por tener la paciencia de todo el follón que le he dado, le doy y le daré con el tema del Camino de Santiago… Tengo claro que repetiré (otra vez desde S. Jean Pie de Port, otra vez andando, y otra haciéndolo del revés como los extranjeros jubilados que nos cruzamos) además de otras grandes rutas que tengo pendientes como la del Destierro del Cid Campeador.
Y en todas ellas espero que esté, junto a mi nueva familia,
esperándome al final del camino…

Un saludo a todos.

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